Del pasado al presente; Mujeres en el mundo de la reumatología

El 17 de diciembre de 1937 fue una fecha que Nanna Svartz nunca olvidaría. Se la nombró profesora titular de medicina en el Hospital Karolinska de la ciudad de Estocolmo. 

Fue la primera mujer a la que se le confió una cátedra en Suecia. Ni siquiera ella misma se veía capaz de ser elegida; sus siete competidores masculinos y las críticas no se lo ponían nada fácil. 

Pero lo logró. El rey de Suecia, Gustavo V, firmó su autorización y la Dra. Svartz se convirtió en una figura dominante y temida en la medicina sueca e internacional por casi cincuenta años. 

Una vida apasionante a la que hoy le dedicamos este artículo. 

¿Todo preparado? ¡Comenzamos! 

En sus primeros años de vida, Nanna vivía junto a sus padres y sus cuatro hermanos en la ciudad de Västerås, a unos 100km al este de Estocolmo. Era la más pequeña y tuvo que ver cómo sus hermanos fallecían de tuberculosis cuando tenía 10 años. 

Eso la cambió para siempre, pues se dio cuenta de que su familia ahora dependería de ella. Así que se centró en sus estudios y se graduó con altas calificaciones en la escuela de niñas local. 

Ese fue solo el comienzo. Como en las escuelas secundarias públicas de su pueblo solo admitían a chicos, sus padres se mudaron a Estocolmo para que estudiase en una de las mejores escuelas privadas. 2 años después se había graduado con honores y tenía un novio que también quería estudiar medicina. 

Fue aceptada en Karolinska donde compartía clase con otros 19 estudiantes, 18 de los cuales eran hombres. A ella esto nunca le importó y estudió muchísimo para acabar la escuela de medicina lo antes posible y casarse con su novio, Nils Malmberg. 

Todo esto lo consiguió en 1918, a los 28 años. 

En los siguientes años, Nanna se convirtió en una dedicada médica de cabecera, siempre haciendo nuevos amigos, incluso alemanes exiliados durante el régimen nazi. 

Para continuar en la medicina, tuvo que realizar una tesis doctoral. Este requisito hizo que se interesara por la dispepsia de fermentación, y obtuvo un pequeño laboratorio donde estuvo investigando y examinando muestras de heces olfativas para identificar los microorganismos que absorbían yodo en el cultivo. 

Realizó la tesis en francés y aprobó el examen en 1927, por lo que obtuvo el título de docente y reanudó su trabajo clínico en el departamento. 

Un año después se quedó embarazada. Como no quería mezclar trabajo y familia, se dedicó a realizar algunos trabajos científicos. Cuando su hija cumplió el año, regresó a su departamento. 

Se propuso explorar la etiología de la artritis reumatoide. 

Al mirar al microscopio, se quedó impresionada por la apariencia similar del tejido intestinal sinovial e inflamado. Inyectó tejido sinovial en conejos, y vio como algunos de ellos desarrollaban articulaciones inflamadas y cojera. 

En el tercer Congreso de Reumatología de la Liga Internacional de Asociaciones de Reumatología, informó de sus hallazgos y todo el mundo quedó impresionado. 

Cuando su mentor, Israel Homgren, estaba por jubilarse, la convencieron para que presentara su solicitud como profesora. Y lo logró. 

Con una gran capacidad de trabajo y un excelente don para el liderazgo, Nanna formó parte del comité organizador del nuevo Hospital Karolinska. 

Estaba firmemente convencida de que la AR tenía una etiología bacteriana. Gracias a la propuesta de uno de sus grandes amigos, Gerhard Domagk, decidió combinar el efecto sintomático de la aspirina con el de la sulfapiridina. Cuando lo consiguió, gracias a la empresa farmacéutica Pharmacia, los resultados fueron un éxito. 

La sulfasalazina mejoró la AR y se utilizó durante décadas. Tuvo una eficacia aún más convincente en la colitis ulcerosa. 

Aunque durante la década de los 70 se retiró el uso de la sulfasalazina, reumatólogos británicos la rehabilitaron en 1980 realizando ensayos de última generación. 

La carrera de Nanna como reumatóloga despegó en 1941, y desde ese momento se encargó de hacer cambios. Hasta entonces, la reumatología era parte de la medicina interna. Pero Nanna se propuso crear departamentos especializados en los hospitales universitarios.

Se convirtió en miembro de la junta directiva de la Sociedad Sueca de Reumatología, fundada en el año 1946. Sin embargo, la abandonó poco después cuando no fue escogida para ser la presidenta. En el año 1966 volvió a formar parte de la sociedad como miembro honorario. Para ese entonces ya era cofundadora de la Alianza Europea de Asociaciones de Reumatología. 

Además de eso, visitó tantos países como pudo para entablar amistades y hacer nuevos contactos. Gracias a eso, creó la Sociedad Internacional de Medicina Interna (ISIM). Sus reuniones siguen celebrándose hasta la fecha, con 63 miembros. Nanna asistió a todas ellas e incluso participó como comentarista hasta los 90 años. 

Tampoco podemos olvidar que se convirtió en la médico personal del rey Gustavo V, atendió a embajadores y presidentes, además de otras familias de la clase alta sueca. 

A pesar de todos sus éxitos, Nanna sufría de ansiedad. Sin embargo, eso no fue obstáculo para ella. Fue un modelo para las siguientes generaciones de mujeres académicas. 

Estaba obstinada con realizar un trabajo igual o mejor que el de los hombres. Incluso prefería vestirse como un hombre, con blusa blanca y corbata negra. 

Una mujer ambiciosa y con la necesidad de tener el control por encima de todo que se convirtió en una promotora de la reumatología en Suecia y de la medicina interna en el mundo. 

Su memoria se mantiene viva con el Premio Nanna Svartz y la conferencia Nanna Svartz que otorga todos los años la Sociedad Sueca de Reumatología.

Nanna Svartz abrió las puertas para que muchas mujeres pudieran estudiar medicina y que su trabajo fuese reconocido. 

Entre todas ellas, queremos destacar el gran trabajo y profesionalidad de la Dra. Loreto Carmona, Reumatóloga e Investigadora Clínica. Además, es la Directora de InMusc (Instituto de Salud Musculoesquelética) de Madrid.

Actualmente se encuentra involucrada en varios proyectos europeos: uno es el “SQUEEZE” y el otro el “SPIDERR”. 

El primero se centra en exprimir (del inglés “squeeze”) el jugo a las terapias que ya existen en artritis reumatoide y así aplicar el mejor tratamiento a cada paciente.

9 países europeos que extraen todos sus estudios y modelos y en los que la Dra. Carmona debe añadir a la práctica clínica en un modelo de cuidados crónicos. 

“Estamos estudiando los sistemas de salud europeos y viendo cómo afectan a la artritis reumatoide”, nos explica cuando le preguntamos más sobre el Squeeze Project. “Es precioso. Me estoy enterando de muchísimas cosas. Porque lo que yo digo en España no tiene ningún sentido en Grecia porque los pacientes no tienen que pasar por médicos de atención primaria, entre otras cosas”. 

Además cuenta que lo que más le gusta es tener que hablar de ciencia básica a enfermeras, sociólogos… Muy polivalente y enriquecedor. 

El estudio SPIDERR, es de inteligencia artificial y symptom checkers (verificadores de síntomas). 

“Cuando alguien tiene un problema relacionado con enfermedades reumáticas, por ejemplo dolor muscoloesquelético, entran a buscar cuidados”, cuenta. “Somos capaces de poner una “Araña” en Internet a la que lleguen los usuarios y con ese symptom checker al final llegar a conclusiones. Por ejemplo, si tienes una alta probabilidad de tener una enfermedad reumática y si debes ir a visitar a tu médico o especialista”. 

También hay una parte fascinante llamada “Los Gemelos Digitales”. Le sirve al reumatólogo para saber qué poner en un paciente complicado. Una base de datos gigantesca donde se hacen pruebas y buscan en esa base a alguien con los mismos síntomas que el paciente al que tratan. 

Llevamos tres años colaborando con la Dra. Carmona y los que esperamos que le sigan. 

Trabajar con ella es sinónimo de eficacia, sencillez y profesionalidad. 

Y es que la Dra. Loreto Carmona tiene la increíble capacidad de convertir lo complejo en algo claro y fácil de comprender. Ese es su mayor sello identificativo. 

Para el nuevo curso de enfermedades reumáticas, Loreto ha comentado cinco nuevos números en los que hablar sobre riesgos cardiovasculares, menopausia y ChatGPT. 

¿Cómo? 

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